Al acceder a ella desde el sur nos encontramos con un conjunto monumental difícil de imaginar, cuando subimos por sus calles, en un espacio diáfano, al fondo y alineados en ascensión vemos: el Edificio del Concejo de fines del medioevo, símbolo del poder civil. Un poco más hacia arriba el Palacio Renacentista, símbolo del poder señorial. Y en la cúspide el poder supremo de la época, el de Dios, representado por la iglesia parroquial y la espléndida y esbelta Torre Plateresca. Aún podemos observar a la derecha un poco más hacia abajo, un excelente Rollo gótico, traladado allí durante la última remodelación de la plaza en el último tercio del siglo pasado. El Rollo, divisa del poder civil de la villa, estaba adosado en la esquina izquierda del edificio del Concejo.